No les ha pasado alguna vez que han querido volver a ser niñas?, o mejor
aún… adolescentes? Una de esas a las que
los cambios de humor, las convertían de princesas a brujas en un instante, pero
que los adultos seguían adorando y comprendiendo por que “estaba en la edad”…
Cuando uno es
adolescente, todo se nos perdona o mejor aun “se nos comprende”, y la verdad es
que se la llevan fácil, cuando las adultas tomamos esas poses, nos ridiculizan, o es mas cuando son los varones quienes actúan como tales, son victimas de la burla y de la conocida frase " a la vejez, viruelas".
En la misma sintonía las adolescentes quieren tomar decisiones de
adultos y haciendo un esfuerzo, piensan en ser grandes y deciden por ejemplo,
alejarse de la persona que aman, por el bien de los dos, aunque lo mas importante sea el bien de uno mismo. Es irónico pensar que
como madres, queremos lo mejor porque ya sabemos la lección, pero todos nos
dicen que las dejemos decidir y equivocarse,
porque como dice Walt Disney, del fracaso se aprende.
Como niñas grandes queremos decirles, - hey! No te alejes de ese muchacho, es el adecuado… hey!, no te juntes
con esa persona, no te aporta nada bueno-, pero nunca entienden y de pronto
ya ni siquiera te escuchan. Dejar que aprendan la lección por si mismas me
estresa, es como saber las respuestas y no poder soplárselas por que no seria
correcto, aunque sepamos que van a jalar el examen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario